Se vende.
La prostitución me parece algo miserable. Forzar a alguien a hacer algo que no quiere debería ser uno de los mayores delitos contra la humanidad. Pero más repugnante todavía me parece la valoración social y la apreciación de ciertas personas hacia las prostitutas. Se desprecia a quienes se ven obligados a vender su cuerpo, y se idolatra a aquellos que venden su vida privada. En sociedades tan "civilizadas" como la nuestra, la trata de blancas es uno de los mayores negocios, realidad que es negada por una legislación que favorece la extorsión y la explotación humana. Al margen de consideraciones sociales, quiero lanzar una pregunta: ¿quién debería avergonzarse más, aquel ser humano que se ve obligado a vender su cuerpo, o aquel que vende sus sentimientos?
Existen artistas que dicen desnudarse en cada una de sus creaciones. En cierta forma, quien compra las obras de Cernuda se adueña de sus deseos, sus frustraciones, sus anhelos, sus sentimientos... Algo que jamás podrá poseer ningún proxeneta, o ningún "cliente". El artista, o incluso otros trabajadores (algunos profesores incluidos...) se vacía en cada una de sus obras, y saca a la luz lo más íntimo que puede haber en el ser humano, algo más personal que el cuerpo. A los ojos del que sabe mirar, o del que sabe leer, el alma del artista queda inerme y desnuda, sin secretos. Y sin embargo, nadie se atreve a despreciar a los artistas o a acusarles públicamente y señalarles con el dedo. Al contrario, el arte se convierte a veces en una seña de identidad de los aquellos que quizás no llegan a comprenderlo, engalanados en su afán de aparentar.
¿Quién debe sentir vergüenza? ¿Quién sonrojarse de pudor? ¿Quién esconderse u ocultar su forma de ganarse la vida? En una sociedad en la que todo está en venta, y en la que altos ejecutivos, empresarios o abogados "venden" o "trafican" con vidas humanas, existen muchas formas de ganarse la vida de un modo indigno. Se rechaza a quienes vende su cuerpo, se toma como un modelo a quienes venden su vida privada, se admira a los que venden su alma y se alaba a quienes por una subida mensual venderían hasta a su madre. Entre tanta confusión, vender el propio cuerpo me parece hasta inocente. Ahogados en tanto mercantilismo, todos terminamos vendiendo algo de nosotros mismos para ganarnos la vida. Aunque pueda sonar escandaloso, todo trabajo es una forma de prostitución... ¿o no?
Comentarios
No me queda claro si en el fondo hablas de prostitucion o proxenetismo. Es decir, si uno es el que se vende o son otros los que te obligan a entrar en el "mercado"....
Pienso que no es la prostitución o el hecho de divulgar los sentimientos, lo que se considera miserable, sino los que están detrás lucrándose con ello y extorsionando a los peones. Los ejecutivos del mercado del sexo (proxenetas, etc.) en el caso de la prostitución y, en el otro caso, tal vez los editores-basura, que a base de echarle bastante salsa a la historia original, sacan buen dinero con las dudosas memorias de algunos famosos. No sé, es un asunto muy complejo...
En el fondo, el tema principal quería ser la hipocresía que subyace al desprecio social que sufren las prostitutas, cuando en nuestra sociedad hay "profesiones" mucho menos dignas. Lo que pasa es que, al hilo de esto, fueron saliendo diversos temas, que no se dejaban silenciar tan fácilmente...
Este desprecio puede ser debido al machismo, que subyace todavía de forma bastante enraizada en nuestra sociedad.
Yo creo que el tema es más complejo de lo que aquí se presenta.
No me parece comparable un artista con una prostituta.
Un artista desea revelar su alma al público. Es una necesidad y una vocación.
Una prostituta acaba haciendo cosas que no desea hacer por dinero.
Lo que es su vocación o su orientación de vida, queda truncado porque la vida de una prostituta es dificilmente compatible con tener una pareja, una familia o desarrollar una labor altruista por l0os demás. Que son las principales vocaciones de la persona que no puede quedar en sí misma y necesita entregarse a otros.
El famoso que pierde su intimidad porque la vende, de alguna manera también está condicionando el desarrollo de su persona. Pero creo que la vida de la prostituta queda más bloqueada que la del famoso. Su actividad es más destructiva.
No obstante estoy de acuerdo en la hipocresía y algo que no se ha comentado. Es despectivo el nombre de las prostitutas, pero ¿lo es tanto el de los clientes?
bueno. para empezar todo el sistema está mal montao. nadie debería tener que vender nada. para mí todo lo que se vende pasa a ser una mercancía, un producto, y pierde gran parte del valor que pudiera tener como obra humana.
es lo que están haciendo ahora las empresas con esa publicidad tan perversa: utilizar como producto los sentimientos y las emociones humanas (que para mí son lo más puro del universo).
como en este maldito sistema en el que estamos metidos parece que no queda otra solución, pues la gente se pone a vender cosas. unos venden su esfuerzo físico (albañiles, operarios), otros su esfuerzo mental (guionistas, diseñadores), otros su imagen y su vida privada (los famosos y toda esa apestosa farándula), y otros su cuerpo (las prostitutas).
es cierto que es una hipocresía total todo eso de la categoría de las profesiones. por ejemplo: para mí los abogados son las mayores putas de la sociedad, porque básicamente cobran por olvidarse de la verdad, y ya pueden estar condenando a un inocente como exculpando a un culpable.
los famosetes son patéticos, y en realidad no deberían estar ganando absolutamente nada, pero la gente es idiota y consume lo que le venden las revistas y la televisión, con lo cual ahí los asquerosos son los clientes, como comentó chema más arriba.
las prostitutas también están ahí porque hay demanda de sexo, y creo que su situación es muchísimo más triste y desesperada que la del resto de profesiones, en general (porque creo que también las hay que lo hacen porque quieren ¿no?).
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