¿Pasamos de Europa?
Los resultados de las elecciones de ayer recibirán, como siempre, tantas lecturas como posibles lectores tengan: de puertas afuera ganarán todos los partidos (hasta los que no lleguen a sacar un solo diputado), todos habrán aumentado en porcentaje de votos y en votos totales, aunque hayan sido las elecciones con más baja participación de la corta historia de nuestra débil democracia. Otro gallo cantará de puertas adentro: se puede engañar al elector, pero no al coreligionario. Al margen de todas las manipulaciones que hagan los partidos (los que pierdan encontrarán múltiples excusas que explicarán o excusarán su derrota), creo que el dato más importante de estas elecciones es ese 45,9 por ciento de participación. Buscar las ráices de este pasotismo (menor que en el resto de Europa) debería ser uno de los primeros ejercicios que hagan los partidos, aunque probablemente eso no les preocupe mucho, mientras sigan recibiendo periódicamente su "ración" correspondiente de votos.
La baja participación es, siempre, un peligro para la democracia. Sus significados pueden ser muy distintos. Hay quien toma este comportamiento como símbolo de estabilidad: en un país en el que las cosas "funcionan" más o menos correctamente, y en el que las ideologías están diluidas por el capitalismo económico, no importa mucho si gobiernan amarillos, verdes, rojos o azules. Creo que este argumento es falaz, y que la baja participación en las elecciones de ayer debería ser preocupante. Debería interrogarnos a nosotros, pero sobre todo a los políticos y altos cargos que se están encargando de "construir" esta gran unión económica. La baja participación es, creo, un suspenso a este proceso de integración, que es incapaz de generar la cohesion necesaria. Obsesionados por las necesidades económicas, los "ingenieros" de la "máquina" europea se han olvidado de engrasarla con criterios políticos, y, sobre todo, con una "ciudadanía europea" que aún está lejos de conseguirse más allá del ámbito administrativo y burocrático.
Por supuesto, no estoy diciendo que un belga deba estar más preocupado por lo que le ocurre a un lituano que por lo que sucede en su propio país (por otro lado, ¿por qué no tener las misma preocupación por ambos?). Pero, evidentemente, eso no implica que no sea posible crear lazos culturales entre los países que formamos la Unión. El pasotismo generalizado es una muestra del escepticismo reinante, y de la indiferencia que se siente en todo el continente hacia las instituciones europeas, que se perciben lejanas e intrascedentes. La insignificancia del voto para un parlamento limitado en su capacidad de maniobra anima muy poco a acudir a las urnas. El gran peligro me parece bien claro: que progresivamente el abismo que hay entre la clase política "europea" y la población se vaya haciendo más grande, más profundo, de modo que las decisiones que tomen unos sean incomprendidas por otros, y no representen sus intereses e ideas. Y lo que es peor: los que van a tomar las decisiones (que, nos guste o no, pueden afectarnos a todos) estarán respaldados por menos del 50 por ciento de la población con derecho a voto. Los vacíos de legitimidad serán cada vez mayores, y Europa, como construcción política, es la más perjudicada. Menuda tarea que les queda a los elegidos. Yo que ellos no miraría hacia el Parlamento, sino hacia la población...
P.D. seguro que el Campeonato de Europa goza de mayor respaldo que la Europa de los 25. ¿Para cuando una Europa de Campeonato?
Comentarios
El tema es preocupante.
Pienso que yo tengo un desconocimiento muy grande sobre el Parlamento europeo, aunque sé que es importante ya que recuerdo los viajes de Fisher (creo que se llamaba así) o Bonino sobre la pesca o el olivar.
Pero es que, por ejemplo, en la radio se comentan los resultados de estas elecciones en clave interna: que si el PSOE, que si el PP, como si fueran unas elecciones generales en España ... pero no en clave europea, indicando la correlación de fuerzas en el total de Europa.
Y así sucesivamente. No se tratan los programas. Y los diputados europeos elegidos tampoco explican qué hacen o, en caso de explicarlo, no me llega esa información.
Así pues, para mí que hay una gran desinformación y un tratamiento creo que equivocado del análisis de los resultados.
La Eurocopa seguro que acapara más despliegue informativo y unos análisis más en profundidad. En mi blog me he permitido un comentario jocoso sobre Zapatero y la selección española.
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