Libertadores, víctimas y verdugos
No han sido pocas las bitácoras que ya se han ocupado de la implantación de la "democracia" en Irak: Ignacio Escolar, Salvador de la Vega, Cierzo y los siempre bien documentados artículos de Guerra eterna en Oriente Medio(2), y las fotos, que pueden herir la sensbilidad de más de uno, han dando la vuelta al mundo. Desde aquí, quiero recuperar una idea que también aparece en Cierzo: la relación entre las víctimas y los verdugos. Y es que la historia tiene sus cosas: los "libertadores", que iban a ser acogidos por el pueblo con los brazos abiertos, terminan siendo víctimas de la guerrilla, a la vez que se convierten en verdugos de aquellos a quienes pretenden liberar. Algo que va más allá del mero juego de palabras, y que, si no diera lugar a situaciónes tan lamentables, podríamos poner en relación con aquello de las noticias del guiñol: "Fulanito antes era...malo. Pero ahora es...bueno".
Si los sucesos ya hablan por sí solos, lo peor del caso es que esto se ha venido repitiendo a lo largo de la historia: pensemos por un momento en la Alemania de los años 40: qué había que pensar o el lugar que se ocupaba dentro de la sociedad podía cambiar de la noche a la mañana. Víctimas que luego se convirtieron en verdugos, y viceversa, y todo esto en medio de un lucha por utopías, bien fueras totalitarias (comunistas o fascistas), o bien en favor de la democracia y de la liberación del pueblo alemán por medio de acciones como el bombardeo de Dresde. Es esta, precisamente, una de las ideas centrales de un Dialéctica de la ilustración, una de las obras más importantes de Adorno y Horkheimer: la utopía esconde tras de sí también la opresión y la barbarie, y su afirmación absoluta degenerará en la barbarie y la opresión. La Ilustración es mito y el miro es Ilustración. La democracia esconde una tiranía cuando se está dispuesto a imponerla con las armas, cuando se está preparado para matar en su nombre, o cuando se la utiliza como excusa y legitimación de intervenciones armadas.
Pero no se trata sólo de tendencias históricas o sociales. En el fondo, cabe adoptar también un enfoque más antropológico: el odio habita dentro de cada uno de nosotros, y basta con que se den las circunstancias adecuadas para que se manifieste. No hay mucha diferencia entre los sucesos de cualquier genocidio, las torturas de Irak, las masacres olvidadas o enterradas por el tiempo, y aquella persona que escribe en un foro (como aparece en la anotación de Cierzo): "Cada vez que muere un yanqui, el mundo es un poco mejor". El horror está siempre ahí a la vuelta de la esquina, y puede esconderse debajo de las más bellas ideas. Está siempre más cerca de nosotros de lo que nos pensamos. Ante ello, hemos de mantener nuestro pensamiento bien despierto, atento a lo que sucede, no vaya a ser que caigamos en los errores de aquellos a los que criticamos. Andemos, por ello, bien espabilidados. Ojalá que siempre tengamos alguien cerca que nos recuerde la frase de Benedetti: "despabílate amor, que el horror amanece."
Actualización (27-05-2004): Más información sobre Dialéctica de la Ilustración en nuestro especial dedicado a la Escuela de Frankfurt
Comentarios
Otras anotaciones relacionadas
- Actualidad de la lanzadera volante
- Cambio de 180º
- Día de Castilla y León
- El choque de civilizaciones
- El desencantamiento del mundo.
- En lo local y en lo global
- Internet, los libros y la cultura
- Joaquín García Roca
- La cuesta de Enero
- La Europa de los 25
Trackbacks
Trackback URL para esta entrada:
http://www.boulesis.com/boule/pingserver.php?p=tb&id=156