La estupidez
Ya han pasado dos semanas desde que se propuso el tema de la estupidez. La participación no ha sido muy alta, pero eso nos puede permitir, por ejemplo, fijarnos en los comentarios (algunos de los cuales aparecerán recogidos en la recopilación de citas al final de esta anotación). Vamos allá: abrió fuego Esencia divina argumentando que nuestra vida diaria puede estar llena de estupideces sin que nos demos cuenta: la prisa, la superficialidad, el egoísmo, el materialismo... Credos en los que todos, de un modo u otro, podemos caer, y pueden ser también estúpidos. La pregunta se las trae: Al margen de la historia, ¿es estúpida mi existencia, o realmente soy capaz de darle un sentido?
Precisamente de este sin sentido cotidiano, o de esta estupidez vital, nos habla Rerum varium: que nadie piense que una religión o cualquier otro tipo de grupo de identificación puede salvarle de la estupidez. Si las ideas de estos grupos son asumidas sin reflexión previa, y dejándonos llevar estaremos cayendo otra vez en la estupidez de la que queremos huir. Desde otro punto de vista, Monoaural argumenta que la estupidez domina sobre la racionalidad, entre otras cosas, porque la estupidez carece de sentido crítico, por lo que se atreve a cosas que un hombre racional, por sensatez, prudencia o conocimiento de sus capacidades, rechazaría. Pensando nos recuerda una buena cantidad de actividades cotidianas que hacemos y sin embargo son estúpidas: fumar, enamorarse, juegos de azar, deportes de riesgo...Desde Mensaje en una botella se reconoce su potencial "creativo", pero también se advierte de que la estupidez suele dar lugar a la catástrofe, pues implica siempre una ruptura de la "normalidad" a la que estamos acostumbrados.
Buenos ejemplos de que la historia y la realidad actual están impregnados de estupidez los encontramos en La diferencia, donde se citan disputas militares o políticas, a la vez que se recuerda que a menudo es la estupidez del perdedor el que posibilita la victoria del ganador. Cartas desde Sirio busca precisamente restos de inteligencia o racionalidad que muevan realmente el mundo: la estupidez no puede ser lo único y una buena muestra de ello es que somos capaces de detectarla y criticarla. Lo mismo hemos defendido aquí: aunque, en muchos ámbitos, tomemos decisiones estúpidas, al final termina prevaleciendo la racionalidad, la inteligencia. Puede ser más la expresión de un deseo que una realidad, pero ahí queda, al menos como anhelo. A veces un poco de optimismo tampoco viene mal... Y así también lo ve Ana: la lucha permanente de todos contra todos genera un orden final, en el que la estupidez termina derrotada.
Bien, pues esto ha sido todo lo que ha dado de sí el tema propuesto. Una vez más queremos agradecer a todas las bitácoras (con sus "comentaristas" correspondientes) su participación en el debate, y, como siempre, ofrecemos un documento (pdf) con algunas de las citas más interesantes.
Actualización (14-4-2004): Nueces nos ofrece una última e interesante reflexión, en la que refleja la estupidez de la vida "normal", capaz de quitarle encanto al mundo, a la vez que critica la "estupidez" social convertida en norma, como se ve, por ejemplo, en una competitividad sin límites...
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