La Laguna de San Juan

           

Situada en el municipio de Chinchón, en la margen izquierda del río Tajuña, forma parte de un sistema lagunar semiendorreico , poco extenso en la actualidad y con tendencia a la colmatación pero de gran valor ornitológico  , constituido por tres lagunas (San Juan, Casasola y San Galindo ) y dos carrizales (Dehesa de Bayona y Dehesa de Villaverde) enmarcado en el curso bajo del Tajuña, en su margen izquierda, salvo la Laguna de San Galindo, siendo la laguna de San Juan la mayor y más interesante en su estudio. Se forman esta serie de lagunas por la intersección de la superficie topográfica con el acuífero subyacente (“Tablas”), aprovechando depresiones del terreno. Dado que el aporte hídrico es subterráneo, el nivel de la lámina de agua superficial oscilará con las precipitaciones y la altura que éstas proporcionen al nivel freático , adoptando así un comportamiento estacional, reduciendo enormemente el agua superficial en el verano, llegando incluso a secarse.

Este sistema debió seguramente ocupar en épocas pasadas una mayor extensión. Sin embargo, la tendencia a la colmatación de estos espacios, por carrizo y lodos, junto con la sobreexplotación agrícola tradicional de la vega del Tajuña ha reducido no sólo la extensión de estos espacios actuales sino que ha hecho desaparecer otros muchos, al ser drenados por caceras para utilizar su agua e instalar, en las zonas de cañaveral, zonas de cultivo o pastizales para ganado que en tiempos fue abundante en la zona. Tan sólo quedan ya referencias toponímicas de estos espacios: Laguna del Retamar, Laguna de los Caballos, etc. Las propias Dehesa de Bayona y de Villaverde, son sólo ya carrizales, sin lámina de agua, teniendo, en algunas ocasiones, algún encharcamiento transitorio, y sumamente colmatadas.

             La Laguna de San Juan fue declarada Refugio de Fauna  por el decreto 5/1991 de 14 de febrero de la Comunidad de Madrid. Además forma parte del Catálogo de Zonas Húmedas protegidas de la Comunidad de Madrid.

            Se accede a ella mediante un camino de tierra que pasa junto a ella y que nace a la izquierda de la carretera que comunica Titulcia con Villaconejos, justo en la base de los cerros, antes de abandonar la vega del Tajuña, y finaliza en la carretera que une Titulcia-Morata con Chinchón.

            Su superficie es de 47 hectáreas, si bien la lámina de agua no suele superar las 6 hectáreas, y su forma es alargada, triangular, con orientación NE-SO, dividida en dos por un dique artificial de poca altura, disponiendo de dos observatorios de aves y un mirador natural de excepción situado en lo alto de un cerro cercano, junta a una interesante y profunda dolina (ver) formada por la disolución en profundidad del cantil, la Torca de Valmayor

            Su capacidad total es de 55000 m3 aunque el nivel del agua es muy variable en función de los aportes estacionales (máxima en invierno y mínima en septiembre) y aunque en general es de escasa profundidad puede llegar a alcanzar en algunas zonas a los dos metros de profundidad

            Presenta un carrizal de cierta extensión que otorga el verdadero papel de refugio a la laguna. En ella nidifican aves acuáticas como el avetorillo (Ixobrychus minutus), el somormujo lavanco Podiceps cristatus), el zampullín chico (Tachybaptus ruficollis), anátidas como el ánade real (Anas platyrhynchos), el pato colorado (Netta rufina) que tiene aquí el único punto de cría estable de la Comunidad de Madrid y otras como el rascón (Rallus aquaticus), la polla de agua (Gallinula chloropus) o la focha común (Fulica atra). También es un lugar donde el aguilucho lagunero (Circus aeroginosus) perfila su silueta sobre la lámina de agua y en cuyo carrizal encuentran su dormidero numerosas especies de paseriformes como el escribano palustre (Emberiza schoeniclus), el estornino (Sturnus unicolor), etc.

            El alto grado de colmatación y de deterioro alcanzado hacia los años 80 motivó una serie de actuaciones con el fin de salvar el espacio. Entre ellas la eliminación del exceso de sedimentos del fondo, la corta de parte del carrizo que invadía la laguna, la construcción de caceras que canalicen y mantengan el flujo de agua, la instalación de casetas de observación de aves, una de ellas normalmente cerrada, y de isletas artificiales para facilitar la nidificación,...

            Además de sus valores naturales como lugar de nidificación, invernada y dormidero de avifauna, representa un modelo lagunar sumamente interesante por la interacción que establece con los cantiles y páramos adyacentes.

 



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