Salinas de Carcaballana ,

     Se encuentran situadas en la margen izquierda del Tajo, a un kilómetro al sureste de Villamanrique de Tajo. Se trata de unas salinas cuya fecha probable de inicio de la extracción minera es de finales del siglo XVI, habiendo estado sometidas a explotación intermitente desde el siglo XIX, en que comenzaron a explotarse los sulfatos sódicos que acompañan a la halita ,  de mayor importancia económica que ésta, hasta finales de los 70 en que prácticamente se detiene la actividad. Se encuentran situada en la llamada Dehesa del Castillo, donde la Orden de Santiago tenía una fortaleza que da lugar al nombre del paraje. Posteriormente la Orden vendió la Dehesa a Dª Catalina Laso de Castilla, cuyos descendientes la cedieron a una congregación religiosa que construyó allí su convento. Efectivamente, fueron estos frailes los que, al parecer, fueron los primeros que extrajeron sal común de ellas estando el edificio administrativo situado sobre lo que fue el antiguo convento.

     Tras la desamortización de Mendizábal (1835-37) pasarían al Estado y luego, tras la promulgación de la ley de liberación de las salinas de 1869, pasarían a sus actuales propietarios. Estas salinas se nutren de un manantial de aguas sulfatado-cloruradas al que se accede mediante una galería de captación de unos 60 metros de longitud, 60 cm de luz y 1,5 m de alto. Debido a la diferencia de temperatura con el exterior, la sal precipita de modo natural a la salida de la mina en el invierno (entre septiembre y abril). Posteriormente la sal se concentra, se seca (“florece”), se convierte en polvo y se comercializa. Durante el verano, como señala Octavio Puche, la sal cristalizaba por evaporación en el exterior, transportándose mediante canales de 1 km de longitud hasta doce balsas, hoy desaparecidas, que proporcionaban una superficie de evaporación de más de 10.000 m2. Hasta hace poco junto con el sulfato se producía también cloruro sódico, en una proporción de 20:1 a favor de los sulfatos ( thenardita ).

     En todo caso el sulfato sódico no es puro, sino que contiene algo de cloruros sódico y magnésico. Como se ha indicado estas salinas pasaron por dos fases en cuanto al mineral que se obtenía de ellas: sal común, hasta el siglo XIX, destinadas a la exportación al resto de España, y, a partir de esta fecha, sulfatos sódicos. Estas sales se destinaban en sus orígenes a proporcionar la materia prima para fabricar jabón y vidrio en la fábrica de Aranjuez y, en fechas recientes, a la industria fotográfica y química, en la producción de agua oxigenada. En la actualidad, aunque sigue dada de alta la explotación, permanece inactiva.



FICHA