5. CONSTANTES SOCIALES DE LA VIOLENCIA

 

El lector seguramente conoce la idea de que el criminal es un tipo biológico (físico) definido, con una mirada o una forma de orejas… o, al menos, con un tipo de cromosomas y con una disposición hereditaria a la violencia o al crimen. La consecuencia de esta teoría es que, para elevar el nivel moral de la sociedad, bastaría con identificar clínicamente a estas personas, aislarlas y no permitirles reproducirse. De esta forma dejarían de existir los delincuentes y la delincuencia.

La política sociológica y la moral práctica que esto trae por consecuencia es aherrojar el problema de la violencia y el delito como insoluble.

Precisamente el ataque a estas teorías y sus consecuencias prácticas y morales supuso la recreación de la ciencia social por Durkheim (pensador francés de finales del siglo XIX).

Siguiendo su criterio de que sólo los hechos sociales pueden explicar los hechos sociales, llegó a la conclusión de que el delito no sólo es normal en la sociedad, es decir, inevitable común a todas, si no que tiene una función social. La sociedad incluye un complejo de normas y valores, que toman forma en cada individuo, y de ahí que la variedad introduzca desviaciones funcionales. A partir de cierto límite, estas desviaciones se definen como delito. Naturalmente tales límites según los lugares y épocas.

Todo esto ilustra la idea de que el delito no es sólo un asunto de constitución bio-física o psicológica (lo que será un factor más) y que la política moral de corrección o erradicación de la delincuencia o la violencia deben atender a su enrizamiento social.

Si los cambios sociales (de sistema social) tienen dimensiones seculares – al capitalismo, el feudalismo, etc-, las pautas de delincuencia también las tendrán. Ahora se hace posible plantear una serie de problemas:

-¿Qué reglas o leyes permiten distinguir, la conducta permitida de la delictiva?

-¿Qué efectos tienen estas leyes?

-¿Dependen del sexo, la edad o la clase social la asunción de esas leyes?

-¿Es cierto que, la pobreza, el hacinamiento y el chabolismo favorecen la violencia y los delitos contra la propiedad?

-¿Es mejor – moral y prácticamente – retener en la cárcel a los condenados hasta el fin de la condena o combinar permanencias fueras?