AUTONOMÍA.
El alumno debe planificar cuándo estudiar y organizarse su tiempo. (No suele venir mal el "apoyo" externo para que cumpla su planificación)
REGULARIDAD.
Decidir diariamente un tiempo fijo al estudio es mucho más eficaz que estudiar muchas horas cuando llegan los exámenes.
DOSIFICACIÓN.
Cada cincuenta minutos de estudio, cinco o diez de descanso.
EXCLUSIVIDAD.
Durante los cincuenta minutos de estudio o trabajo no hay que dedicarse a otra cosa: hablar por teléfono, escuchar música, etc.
PRIORIDAD.
Dedica más tiempo a las materias que te resulten más difíciles.
ORDEN.
Empieza el estudio por las materias de dificultad media, sigue con las difíciles y acaba por las más fáciles.
AGENDA.
Usa una agenda, escribe tu planificación y tus tareas.
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