¿Qué queremos almacenar?
El revuelo que se está montando en la red (y también en esta página) a raíz del aumento de capacidad de las cuentas de correo es bastante considerable. No sólo las bitácoras se están ocupando de ello, sino que el tema aparece en una inmensidad de páginas. La verdad es que las mejoras del servicio son incuestionables, y las nuevas posibilidades de la red empezarán a verse en breve. Enviar canciones, películas, pero también grandes documentos, sin que por ello "consuma ancho de banda del correo de la página" (gran peligro del que me previene constantemente Daniel...). Todas estas aplicaciones (apenas una pequeña representación) deberían, sin embargo, estar sometidas a algo de lo que no dejamos de hablar una y otra vez: la selección de la información.
Sin el condicionamiento de la limitación de espacio, iremos almacenando, almacenando... hasta que el Giga de turno se nos vuelva a quedar pequeño. Lo que hoy nos parece una gran revolución, será comentado dentro de 5 o 6 años, con un "pero si en un giga no te caben ni dos películas...". Vivimos en el frenesí del intercambio, en la invasión de la información. Jamás tuvimos más datos al alcance de la mano, y sin embargo, en pocas épocas hubo tanta incertidumbre sobre la calidad de la información: sobre la veracidad de su origen, sobre su fiabilidad, sobre su utilidad... El hecho de que la música "pirata" sea tan accesible, ha llenado muchas casas de cd´s de música, que no serán escuchados más que una o dos veces en muchos años. La accesibilidad y la gratuidad nos empujan a apropiarnos, a llenarnos, a rodearnos de información que nunca seremos capaces de asimilar o de utilizar correctamente. No sé si esto que voy a decir es muy acertado, pero creo que deberíamos a empezar a hablar de "información de consumo".
Un ejemplo bien claro, es la (fea) costumbre de enviar "forwards" a los amigos. Como los correos son gratis, a nadie le importa enviar chistes, fotos graciosas (o no tanto), presentaciones en Power Point. Yo no entiendo mucho de esto, pero supongo que estos envíos masivos supondrán un coste (al menos del "ancho de banda" del que tanto habla Daniel) para alguien. Pero, mucho peor que ese coste material, es el coste de tiempo que acarrea para la persona. El primero, era gracioso. El segundo, vaya. A partir del tercero, buscas los modos de que el correo elimine todos los "forwards" automáticamente. Información vana. Mensajes vacíos. "Abusos" (a mi entender) de la tecnología, para enviar mensajes impersonales (que, por ello, pierden una de las características esenciales de todo mensaje...) La red nos ofrece cada vez más opciones. Eduquémonos en algo tan necesario como la gestión de la información, pues de lo contrario, la red dejará de ser (entre otras cosas) un buen discurso organizado para ser apenas un balbuceo incomprensible.
Comentarios
Leyendo tu anotación se me ocurre aquello tan antiguo de la Torre de Babel. O una imagen que me resulta muy desagradable: la cacofonía sonora de un patio de vecinos en verano en el que se mezclan muchas músicas diferentes.
Que razón tienes Miguel. De lo que dices, yo resaltaría la cantidad y cantidad de gente que todos conocemos -espero que sean conocidos y no uno mismo- que se graba y graba CDs de músicas y películas sólo por el mero hecho de que salen "gratis" (porque, aunque mínimo, los CDs vírgenes cuestan dinero. Y no hablemos del espacio, y del tiempo,...). Yo entiendo esa actitud justo cuando tal posibilidad es nueva (y nos exacerva la ilusión) o cuando uno busca hacer tal o cual colección de medios audiovisuales (siempre y cuando, veamos como lícito la descarga o compra de recursos piratas, lo cual es otro tema a debatir). Pero, el grabar por grabar y el acumular por acumular, (como si eso tuviera un valor monetario, cuando "cualquiera" lo puede hacer), me recuerda a aquello que hacen los perros acumulando huesos -aunque tuvieran una montaña entera de huesos enterrada, seguirían escarbando y guardando. En fin, sociedad de consumo al fin y al cabo.
PD: Quizás cuando alguno tenga que salir a dormir al sofá del salón porque no cabe con tanto CD en su habitación (yo conozco algún caso que se le acerca a esto), quizás pongamos remedio.
Es verdad lo que dices. Yo voy guardando en el ordenador archivos confiando en que en vacaciones, cuando tenga tiempo, los miraré. Y fuera del ordenador, ¡uf! libros, películas ...
Lo que no hago es enviar archivos por correo. La verdad es que éste apenas lo utilizo, así que no necesito tal cantidad de memoria.
¿Y por qué no utilizan tal cantidad de memoria para las webs? No acabo de entender que el correo tenga más capacidad que los servidores de webs.
Fabián, la última pregunta que te haces en interesante. Pero la respuesta, creo yo, es clara: ¿cuánta gente conoces que se sirva de un espacio en la web? ¿y cuánta que haga lo propio con el correo? Desde luego, mucha más para el segundo, con lo que veo dificil que Google nos de gratis 1GB en Blogger para publicar blogs, archivos y demás. Cosa del mercado, supongo...
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